11.12.03
Hubo una época en que los sistemas de cómputo y su estudio me absorbieron por completo. Acababa de leer "Neuromante" de William Gibson y todo dispositivo que tuviera acceso a la red me parecía una puerta a cualquier lugar y a ninguna parte. Eran días en que solo absorbía información, en ocasiones, sin pensar en su utilidad posterior.
El siguiente amasijo de letras viene de ahí, de los tiempos del ordenador como medio y fin de todas las cosas.
versión 1.0
Despierto de la realidad a un software condenado.
En una oscuridad hecha monitor los dedos rozan arena verde, vista de cerca
son millones de bits.
Fantasía multimedia llena el ancho de banda de las venas, sangre
ligada a la conciencia transmuta a silicio.
Un virus gusano se enrosca a la memoria, el programa carga de nuevo los
sueños.
Se reinicia el sistema.
El siguiente amasijo de letras viene de ahí, de los tiempos del ordenador como medio y fin de todas las cosas.
versión 1.0
Despierto de la realidad a un software condenado.
En una oscuridad hecha monitor los dedos rozan arena verde, vista de cerca
son millones de bits.
Fantasía multimedia llena el ancho de banda de las venas, sangre
ligada a la conciencia transmuta a silicio.
Un virus gusano se enrosca a la memoria, el programa carga de nuevo los
sueños.
Se reinicia el sistema.