2.12.03




La variedad.

Cinco pisos bajo tierra, la taberna de Kramer era un lugar famoso para las tropas estacionadas cerca de la frontera sur. Las paredes de hormigón reforzado (antes era un refugio antiaéreo), estaban tapizadas con posters de nudistas, recortes de periódicos, fotos y medallas de soldados muertos. El grupo de amigos mostró sus permisos de descanso en la entrada para después ganarle una mesa cerca de la barra a unos pilotos. Que ambiente.

El aire enrarecido por sudor, humo de tabacos extraños, perfume barato de chicas suaves y amables, un aire acondicionado que no se daba abasto, música alucinante para no desentonar. Las botellas iban de un lado a otro llevando licores fuertes, bebidas exóticas e incluso si sabían pedirse, drogas sintéticas o naturales. En la mesa junto a la barra, Donovan apuraba el segundo trago de la que esperaba fuera una serie muy larga, las pláticas giraban alrededor de planes futuros, compañeros caídos, rumores y anécdotas exageradas, mientras al otro extremo del bar unas luces débiles caían sobre un escenario pequeño que el tabernero barría; habría variedad en la taberna de Kramer.

Empezaba la segunda ronda.

- ¡ Ahora, directo de los mundos externos la belleza hecha voz, Lilly Marlene! - anunció Kramer.

Apenas unos cuantos voltearon a verla, lentamente una silueta salió a la escasa luz, se veía nerviosa con ganas de correr a la primera oportunidad. Sus primeras notas fueron inaudibles pues el murmullo de las mesas era más fuerte que su voz; quiso retroceder a la seguridad de las sombras pero el tabernero le apuntó con su escopeta, de nuevo empezó a cantar con el
miedo detrás de su espalda una melodía de amores fugitivos y recuerdos dolorosos.Kramer bajó la escopeta y abrió sus oídos. Donovan sostenía el vaso sin beberlo, un cigarro se consumía en sus labios sin fumarlo.

- ¡ Mucha ropa ! - gritó una voz alcoholizada.

Lilly cerró los ojos buscando un recuerdo que le hiciera olvidar donde estaba pero no halló ninguno en su memoria. Donovan estaba tan absorto escuchándola que rechazó un pase de polvo blanco, entonces sus amigos se dieron cuenta de Lilly Marlene y su voz, pero sobre todo del cuerpo esbelto metido en un vestido negro con marcas rojas, el no tener mangas dejaba descubiertos unos brazos delgados, la minifalda mostraba unas piernas torneadas envueltas en la seda artificial de unas medias transparentes, tenía una piel tan blanca que excitaba su contraste con la ropa, con todo el bar.

Los murmullos se apagaban las botellas seguían al mismo nivel, esa voz (la canción ya no importaba) sacó lágrimas de nostalgia a hombres que habían olvidado como sentirla porque solo tenían presente la certeza de una muerte fácil al menor descuido. Ella tendía un puente entre el cabo y su familia, la madre y sus hijos los soldados rasos; un puente que salvaba la
distancia entre el recuerdo y la tropa reunida en la taberna de Kramer, algo que ni la mejor cerveza había logrado hasta ahora.

Cuando terminó de cantar, aullidos chiflidos aplausos y piropos estallaron, nunca desde que habían traido una rocola nueva se escuchó tanto alboroto, resonaba el grito unánime de otra otra otra.

- Entre mas tragos más canciones amigos - dijo Kramer.

Los meseros no se daban abasto, los barriles de reserva especial fueron vaciados, algunos empeñaron lo que tenían a la mano para conseguir más tragos. En la mesa de Donovan se sacrificaron un encendedor, dos relojes y una sortija para costear dos rondas más; esa noche no habría putas solamente la voz de Lilly Marlene.
Más de uno veía a la chica con una lujuria acumulada en meses de servicio militar, el último whiskey decidió todo pues un amigo de Donovan se levantó en dirección al escenario, solo quería invitarle una bebida a Lilly después de cogérsela claro. Kramer le dijo que se alejara, solo cantaba no era prostituta. Un empujón con su respectiva mentada de madre desató la locura en la taberna de Kramer.

Volaron mesas, botellas, golpes, sillas y hasta disparos, algunos caían rápido por lo mucho que habían bebido, otros huyeron como podían porque la policia militar llegaría pronto; después las cosas se calmaron porque no quedaban más objetos que lanzarse ni a quién apuntarle, los cuerpos resbalaban en la suciedad mezclada con sangre, pedazos de mesa, barajas y escupitajos en el piso, se podían escuchar quejidos, el crujir de los vidrios bajo las botas, las paredes quedaron desnudas porque hasta las medallas se robaron.

Donovan sintió calor húmedo en la nuca porque la sangre salía de una herida en la cabeza, pisó el cadáver de un amigo suyo sin darse cuenta mientras caminaba al escenario, un líquido blanco resbalaba desde el lugar donde vió caer a la chica, la halló convulsionando unos segundos antes de quedarse quieta para siempre. Tomó un poco del líquido con los dedos y olió, era fluido energético para androide, salía por la boca, nariz y casi todos los agujeros que le dejaron a Lilly después de la pelea.

El asombro de Donovan crecía al ver a Kramer recogiendo su brazo derecho, le faltaba el ojo del mismo lado.

- No me veas así estúpido, nadie quiere trabajar con militares humanos, es más fácil y barato traer androides- dijo Kramer escupiendo un par de dientes con líquido blanco.

- La verdad no te culpo tienes razón Kramer, ¿ cuándo será la próxima variedad ?-

Lo dijo caminando hacia la puerta, dándole la espalda.





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