20.1.04

Expuestos a más cosas de las que se pueden manejar o al menos entender, la velocidad con que la existencia se desplazaba nos mantenía al filo de la histeria o la excitación. Era una época extraña. El tiempo se había vuelto un asunto insignificante; no eramos felices ni tristes, solo ibamos a la deriva en un mundo donde no existían ídolos de ningún tipo para destruirlos y hacerse notar. Las personas vivían más solo para preguntarse porque seguir viviendo, y arrojarse de un lado a otro, entre diferentes sustancias, doctrinas y demás cosas elevadas o profundas dejando sin respuesta muchas preguntas.


Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?