4.6.04
me advirtieron que esto podía pasar, chispazos de efervescencia (palabra complicada esta) sin origen definido tomarían por asalto las últimas zonas libres de la mente no importa cuanta resistencia hubiera. lo dijeron una docena de personas sentadas bajo un árbol seco, del cual, colgaban los restos de la cuerda que el último condenado desató porque la vista desde allá arriba no era de su agrado. son los gajes del oficio, frase más gastada que las suelas de mis botas en un camino amarillo a ninguna parte donde pueda escuchar música disco y las pastillas de menta sean también junto a los anticonceptivos artículos anunciados 24 horas al día. me adivirtieron que pasaría al aceptar este trabajo. sigo esperando el nombre que me prometieron a cambio de ignorar la realidad.
