3.7.04

sucedió hace diez horas, un año, ayer.
tomé el camión a casa , el de la ruta larga que pasa por el centro, con los audífonos llenos de música para traer lugares destinados a solo mostrarse bajo el influjo del surf y su ritmo sin letras. tomé asiento atrás de ella, por la ventana pasaba el típico aire con restos del tráfico de un viernes por la tarde el camión se movía en primera o segunda, la tercera era un sueño lejano y los ojos de ella acariciaban las letras de un libro muy grande, en las páginas cercanas al final. tardé dos semáforos y varias calles para decidirme a hablarle lo hice justo al pasar frente a la librería de viejo en que a veces busco, me quité los audífonos: murmuraban lo que yo sabía después de oir ese disco varias veces. saludo sonrisas nerviosas ¿qué lees? caracol beach ¿te ha gustado? sí -recordé que yo había buscado ese mismo libro hace tiempo- ¿dónde lo conseguiste? ahí señaló la vieja bodega donde cajas amontonadas en la puerta esperaban su turno para ser vaciadas en los estantes. te lo gané eso parece silencio un timbre de bajada no se despidió bajó una calle más adelante tampoco volteó y seguí mi camino acompañado del reproche por no haber preguntado su nombre y sobre todo por no haberle pedido el libro prestado. me coloqué los audífonos pero estaban en silencio, las pilas se habían terminado.

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