21.8.04
Cargábamos gasolina cerca de San Juan, cuando se acercó un niño y preguntó ¿sabes por qué a algunos arbustos no les brotan hojas en la primavera? De sus palabras dichas en tono de rutina y fastidio que esperaban a cambio algunas monedas, rescaté una idea coherente a los tipos de leyendas contadas en ranchos o ejidos. Se dice que son personas, convertidas en esos feos arbustos espinosos , castigadas por sus faltas en vida. Los que reverdecen se han arrepentido, los demás no. Estos esperan el regreso de un ser que los volverá a la vida para seguir haciendo el mal. Lo que no saben es que lo harán con su forma de arbusto. Sus raíces serán la cabeza, no tendrán cuerpo humano solo ramas secas y quebradizas en lugar de brazos y piernas. No hablarán, escucharán ni tendrán vista. En su desesperación tratarán de volver pero serán rechazados por la tierra, se secarán para ser usados en bardas para corrales o como sustituto de leña. Y una vez consumidos habrán dejado de existir para siempre porque igual que las cenizas, ni siquiera serán recordados.