9.8.04
habían pasado cuatro años sin vernos , y aún así no hubo abrazo en cámara lenta ni dimos giros abrazados riendo a carcajadas, conversamos tratando de no interrumpirnos con las anécdotas inciertas de nuestras respectivas actividades. bebimos la respectiva dosis de tiempo con hielos para amortiguar el calor y disfrazar el sudor de las manos que se despidieron de lejos.
somos una amistad bisiesta
somos una amistad bisiesta