la guarida rebelde

Que hermoso es todo esto dijo y solo miré hacia ninguna parte buscando la justificación al comentario. El mundo tenía huellas de seres alejados de aquí desde hacía mucho tiempo. ¿Esta parte es la más insana y cuerda de nuestras existencias? No hay a quien preguntar los nombres e historias de estos paisajes; los pueblos y sus habitantes ya solo existen en recuerdos. Las nubes, sentadas en montañas pensaban hacia donde dirigirse. Nuestra presencia era una interrogante, era enloquecer brevemente.
Al anochecer, antes del final, sus dedos me obsequiaron secretos.